Me llamó la atención:
- La Estación Mapocho estaba repleta.
- El discurso del Rafa Araneda fue bastante distinto al de la última vez que lo vi.
- Entiendo que algún hermano mío fue, y no nos topamos.
- Se notaba claramente quiénes éramos del Bosque y quiénes del Alonso Ovalle.
- Era difícil darse cuenta quiénes eran mayores o menores que tú, en el rango “cerca de los treinta”.
- Hubo una especie de efecto “vuelta al colegio” que no esperaba, con unos individuos mayores subiendo al escenario pidiendo botellas de vino gratis porque “tenemos ganas de chupar”, y otros menos mayores tirando las servilletas al aire y tirándose encima de la cerveza.
- Nos repetimos libremente en la comida, entrada y fondo al menos.
- Se notó claramente que el colegio no es mixto, las promotoras fueron silbadas, chifleadas, gritadas y churreadas.
- No ví ningún profesor mío, excepto al Pato Rossel.
Mmm, eso por el momento.