Hacer guardia

Estoy metido en mi saco de dormir, apretado por otros sacos de dormir a cada lado, con la cabeza apoyada en la ropa que usé durante el día.

Me despiertan, son las tantas de la madrugada. “Guardia” me dicen.

Sobre el pijama me pongo la parka y el poncho, porque afuera siempre hace frío. El personaje que relevo me pasa las cuatro cosas que necesito: el reloj, que me dirá cuándo termina mi turno; el bordón, para atacar/defender de los intrusos; la linterna, en caso que necesite iluminar algo; y la contraseña.

La contraseña es para decírsela a los jefes al momento de entregar la guardia, antes del llamado de levantada y la gimnasia. O sea: .- / .-..//

Bueno, nos toca guardia con los Delfines, por lo que voy a la otra carpa, para que se pasen la guardia también. Ah! También me pasan el papel con los turnos, para saber a quién despertar cuando termine.

Como hay luna llena, casi ni usamos la linterna. Vamos por cada uno de los locales, revisamos que estén las mochilas cerradas en los mochileros, el hoyo de desperdicios en orden, los platos lavados de la cena, y los vientos de la carpa tirantes.

En varias carpas escuchamos ronquidos. Vamos a sentarnos en lo que queda del fuego de la noche anterior, y a mirar estrellas. Hacemos un par de rondas más, y será el momento de entregar la guardia.

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