Fuimos a la graduación del magíster de Claudio. Era de la facultad de comunicaciones de la UC, específicamente “Magister en Comunicación Social con mención en Comunicación y Educación”.
Estaba combinada la ceremonia con la de los periodistas. Lo encontré una chacra. El presentador se equivocaba a cada rato, y los discursos fueron olvidables. Lo único chori es que tenían a varios camarógrafos, y una pantalla gigante con las imágenes del momento.
Salimos y no había cóctel, impresentable creo yo. “Es que no es como ingeniería, que tienen plata”, me dicen.
Lo rico es que fuimos a Infante 51, especialidad en pescados. Y pucha que estaba rico. La atención es pasable, pero los platos estaban muy buenos.
A todo esto, pedí cojinova. Eso me recuerda Pichilemu, cuando llegaba el Nico fones a las tantas de la mañana, luego de la fonda, a despertar a quien quisiera tomar una cerveza de desayuno.