1994–02-13D Valdivia a Concepión

This entry is part 8 of 9 in the series Mochileo

Según mis registros de gasto, en este punto del mochileo, yo todavía contaba con alrededor del 50% de mi presupuesto original intacto: unos $ 5.000 para continuar. Recuerdo que mi ‘punto de retorno’ era la plata para el pasaje de vuelta a Santiago. No tengo idea cuánto costaba un pasaje a Santiago desde Valdivia, pero viendo lo que se describe más adelante, no creo que la decisión de terminar mi participación en el mochileo haya tenido que ver con dinero …


386va Noche Domingo 13 de Febrero Mochileo

A las 12:00 nos levantamos, me arreglo y digo que me voy.(1) Como empanaditas, y Darío me dice entonces que iba a ir conmigo. Filo.(2) Con David y Carlos cruzamos el puente, y luego de ‘n’ rato, un pan de molde blanco nos deja en las afueras de Valdivia. Ahí pronto nos lleva una micro en rodaje. A otros compadres les hace el amague. Destino: Concepción, la raja.(3) Me tiro y zzz, los otros dos se bajan en el cruce a Villarrica.(4) Sigo entre zzz, paisaje y bla-bla. Llegamos a Temuco y paramos a comer. Compro papas fritas y humita con tomate.(5) Seguimos el viaje, pasamos el Malleco, el Bío-Bío. Se hace de noche y en Los Ángeles llevamos gente, dejando botada y empujando a otra.(6) En un servicentro paramos y compro bebida,(7) y seguimos, entramos al cruce y a la una estamos en Concepción. Veo qué hacer y me dejan en la máquina. La raja, duermo ahí.(8)


(1) Realmente no recuerdo nada de los motivos de esta decisión de irme del mochileo. ¿Me habré aburrido? ¿Habré pensado que no estaba valiendo la pena la aventura?

(2) No cacho cuál es el drama aquí. Si es que no estoy cruzando recuerdos incorrectamente, después de haber ido a la Villa Alhué un par de meses antes, Darío me había dicho que nos estábamos juntando mucho, o algo así. ¡Típicas Daríocosas! Y al parecer en este mochileo no hicimos nunca grupo de dedo. ¿Habrá tenido que ver algo con ello? Nunca lo sabremos.

(3) Esto que la micro fuera bien lejos, era muy conveniente para mis planes, porque mi idea era ir lo más al norte posible, para que el pasaje a Santiago saliera lo más barato posible y me alcanzara con la plata que tenía.

(4) ¿Qué hicieron los otros después? Es harina de otro costal. Lo que sí no deja de llamarme la atención a mí mismo, es que me estoy quedando solo, en una micro con personajes desconocidos, por varias horas y kilómetros, y no recuerdo haberme sentido en peligro en ningún momento. No lo dice el relato, pero recuerdo perfecto que en un momento cerraron las ventanas y se pusieron a fumar pito, cosa que me dio totalmente lo mismo.

(5) Humita con tomate en Temuco:

(6) Supongo que paramos a ayudar a alguien que estaba en pana.

(7) Registro de gastos:

(8) Esto es de lo más freak. Recuerdo que me dejaron dentro de la micro cerrada (yo no podría abrir por dentro), y estábamos en una especie de estacionamiento de micros, onda terminal. Y no había nadie más. ¿Y yo? ¡De lo más feliz!


Original:

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