Tony Manero

Fuimos con Marcial al cine, y optamos por la película chilena Tony Manero.

Luego de diversas conversaciones con un estudiante de cine, que además es periodista, me interesé mucho en observar la puesta en escena, los lugares, la vestimenta, el ángulo de las tomas, su iluminación, la música, el diálogo.

Se desarrolla la historia en Santiago, en 1978. Me fijé en las micros, las tiendas, los productos, los adoquines y las vías de tranvía incrustadas en el pavimento, los panfletos en las calles, el desorden y las casas sin jardín, el Mapocho.

Respecto al guión, refleja patetismo, impotencia, un poco de irrealidad o ingenuidad por parte de los protagonistas, miseria humana, sueño de salir del aquí y ahora.

Menos mal que me fijé en todas esas cosas, porque la película no tiene nada de convencional, la hubiese encontrado mala.

Lo que no estaba malo era el Tip y Tap que nos zampamos antes de entrar …

Inspección visual

Hay un ramo para los alumnos de postgrado en el DCC que se llama “Seminario de Postgrado”, donde una parte del semestre exponen diversos invitados de variadas áreas de la computación. Al final del semestre exponen los alumnos que ya tienen parte de su investigación realizada.

Hoy asistí a dicho coloquio, porque queda a escasos metros de mi oficina. El tema era más o menos así: sacar fotos a diversos objetos (salmones, tortillas mexicanas, llantas de BMW), y procesar dichas imágenes con algoritmos para extraer información diversa (geométrica, de color) y luego hacer un análisis que permita establecer cosas varias.

En el caso de los salmones, identificación automática de hematomas, selección de coloración para diversos mercados (más oscuro para Japón, más claro para Europa, podría ser), o búsqueda de espinas. En el caso de las tortillas, para clasificarlas en distintos tipos, o descartar aquellas que salen de una norma. Para las llantas, búsqueda de fracturas o burbujas. O sea, para hacer inspección o control de calidad, pero sin intervención humana.

Todo me pareció sumamente interesante. Luego pasaron al análisis en línea de imágenes capturadas con una cámara de video. Ahí mismo en la sala corrieron un algoritmo parecido al de reconocimiento de caras de Sony, que podría tener aplicaciones pronto en nuestra ciudad …

Iron Man

Con muy poca fe fuimos a ver Iron Man con David y Marcial. Partimos pésimo, porque se nos ocurrió comer algo en el Friday’s del Parque Arauco. Caro y malo. Pero bien malo y bien caro. Marcial nos dijo que la opción era ir al Tip y Tap.

Pero bueno, recogimos a Marcial, y fuimos al Elemento un rato, porque la película era trasnoche. Luego hicimos otro poco de rato en los videojuegos, y sapeando los bolos. Nadie quizo ir a patinar en hielo, esa debe ser buena.

La película famosa es menos mala que lo esperado, y se luce Pepper, por supuesto. Lo mejor (y lo que esperé toda la película) es cuando tocan Iron Man, de Black Sabbath. No sé por qué no suena Ozzy, hubiese estado genial, problemas con el copyright, seguro.

Bendito Sabor

Mientras estuvimos en el edificio IBM, era cosa de bajar unos pisos, almorzar en el casino, y luego dar la vuelta a la manzana.

Desde que nos mudamos a Lyon, y usamos cheque restaurant, la llegada de la hora de almuerzo implicaba un “¿a dónde vamos?”.

Y claro, algunos locales van siendo baneados. En alguno hubo colitis colectiva, en otro, comida cada vez más mala, en otro, nos subian el precio a cada rato, otro, estaba muy lejos, en otro, las palomas iban a las mesas a comer los restos, otros, muy caros, sólo para ir de vez en cuando.

Últimamente hemos ido al Bendito Sabor, más o menos nuevo. Está un poco escondido, todavía no va mucha gente. Pero es rica comida. Buenos postres. Agradable emplazamiento. Y un precio que encontramos barato. Esta semana santa, todos los días alternativa “no carne”.

Lo que no cambia es la conversación. “Ya poh, déjense de hablar de pega”.

Computines M.Sc.

Invitó Yadran al Eladio a los alumnos de la UC a quienes guió en su tesis de magíster.

En esos tiempos, no existía la opción de magíster sin tesis (Magíster en Ingeniería), sólo estaba el otro (Magíster en Ciencias de la Ingeniería).

Estoy hablando del 2000. Ese año postulé y fui aceptado en el programa de Magíster, y comenzamos a trabajar el 2001 con Yadran. Los créditos de investigación los usé en Ingeniería de Software (que era mi principal interés en esos tiempos), especificamente en el tema de componentes de software. Recién estaba saliendo J2EE y .NET.

El 2001 terminé los créditos de cursos, y el 2002 tuve el llamado “beneficio de residencia”, que me eximía de pagar todo el año que estuviese con créditos de tesis de magíster. El 2002 lo pasé en el tema de mejora de proceso de software (SPI), y nos juntábamos con Yadran más o menos periódicamente.

Luego de la evaluación CBA-IPI Nivel 2 CMM, pasé todo el verano 2003 escribiendo la tesis a partir de los papers que habíamos producido durante el 2002. Hice el MT‑4, y luego de que la comisión aprobó el borrador, defendí en mayo de 2003 la tesis de magíster.

Con eso, obtuve al mismo tiempo el título de ingeniero civil de industrias y el grado de magíster en ciencias de la ingeniería.

Metrotrén da Carla

Fruto del parte de la ida a La Punta, opté por el prepago, con 25% de descuent0.

Salgo a las 10:00 de la oficina, tomo el metro, me bajo en la Estación Central. Hace rato que no me aparecía por ahí! Compro un ticket ida y vuelta en metrotrén, y como el carro está ahí, me siento. Leo, leo, leo, se va llenando el trén, y parte a las 11:00. Unas gitanas hablan en su idioma atrás mío.

No anuncian todas las estaciones, por lo que tengo que elevar el pescuezo para ver los carteles de cada parada. Llego a Paine tipo 11:45, ¿dónde está el Juzgado de Policía Local? Camino, camino, camino, ahí está. Lleno de jóvenes paseando sus bebés, o ancianos tomando sombra. Algunos empleados fiscales en paro.

Cola. Paso el parte, me pasan un papel, “vaya a pagar a la caja”.

Voy a la caja, pago $13.000, vuelvo, me pasan el carnet. Son tipo 12:40, y el tren sale tipo 13:30. Cruzo la calle, me compro un chocolatín y una coca light. Y es de 580 ml, qué loco!

Pasa el tren, hay asiento disponible, llego tipo 14:15 a Estación central. Metro, y me siento en la oficina tipo 14:45. Casi cinco horas el trámite, qué horror!!! Debiese ser por internet y con despacho del carnet por Chilexpress!!

El graduado

Fuimos a la graduación del magíster de Claudio. Era de la facultad de comunicaciones de la UC, específicamente “Magister en Comunicación Social con mención en Comunicación y Educación”.

Estaba combinada la ceremonia con la de los periodistas. Lo encontré una chacra. El presentador se equivocaba a cada rato, y los discursos fueron olvidables. Lo único chori es que tenían a varios camarógrafos, y una pantalla gigante con las imágenes del momento.

Salimos y no había cóctel, impresentable creo yo. “Es que no es como ingeniería, que tienen plata”, me dicen.

Lo rico es que fuimos a Infante 51, especialidad en pescados. Y pucha que estaba rico. La atención es pasable, pero los platos estaban muy buenos.

A todo esto, pedí cojinova. Eso me recuerda Pichilemu, cuando llegaba el Nico fones a las tantas de la mañana, luego de la fonda, a despertar a quien quisiera tomar una cerveza de desayuno.

Almuerzo ejecutivo

Continuando con la celebración de la treintena, con los compañeros de pega tenemos un grupo de personajes que solemos almorzar juntos frecuentemente.

De un tiempo a esta parte hemos adoptado la costumbre de, cuando está uno de cumpleaños, ir todos al Eladio o algo así, comer un poco más rico (y caro) que lo normal, y se divide la cuenta del cumpleañero entre todos. Como esto se repite para cada uno, nadie pierde, todos ganan, win-win.

Bueno, fuimos a almorzar al Eladio, y en esta ocasión pedí, en vez del típico costillar BBQ, un bife chorizo. No me gustó mucho, una lástima. Estuvo mucho mejor el lomo a lo pobre del martes pasado.