Sumergido en el tiempo

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¡Vaya! La película se pasó volando, y estuve ‘pegado’ más de dos horas sin darme cuenta

Nuestras acciones, percepciones y experiencias se ven permeadas por una estructura temporal que les provee coherencia. Somos capaces de cruzar la calle porque tenemos la capacidad de construir una sucesión en el tiempo respecto de dónde estuvo recién dicho auto, percibimos dónde está ahora, y podemos anticipar dónde estará próximamente.

Esta estructura temporal unitaria, continua, que mantiene la identidad en el tiempo y nos permite captar la sucesión y el cambio de los objetos temporalmente extendidos se basa en nuestra capacidad de fundir lo que ya no es, con lo que es, con lo que aún no es de forma coherente.

Según la fenomenología (Husserl, principalmente en este caso), la estructura que nos provee esta capacidad de percibir el tiempo se compone de tres elementos:

  • Retención: Conciencia de lo que acaba de suceder. No es como la memoria, donde recordamos o representamos un objeto, sino que es un tipo de intencionalidad que presenta el pasado.
  • Impresión fundamental: La conciencia del ahora.
  • Protención: Conciencia de lo que sucederá. Nos permite tener un sentido de sorpresa, de anticipación (algo tiene que suceder ahora), y de incompletitud (algo falta)

Esta estructura de la percepción temporal, según la fenomenología, es indivisible, son componentes intrínsecos, pasivos, automáticos e invariantes. Nos permite, por ejemplo, poder percibir una melodía como tal (y no como una sucesión inconexa de notas). Luego, esta estructura constituye un campo (en contraste a un punto, sería como el campo gravitatorio o como el campo electromagnético). Además, es una estructura sincrónica y unificada, con propiedades gestálticas.

Además de darnos la capacidad de ser conscientes de objetos temporalmente extendidos (como las melodías), nos permite además ser conscientes de la continuidad del flujo de nuestra conciencia. Permite asignar las experiencias percibidas unívocamente a nuestro ser, y ser dueños de dichas experiencias sin tener que recordarlas (o sea, pre reflectivamente, como ya vimos).

En el siguiente post, hablaremos sobre la percepción. La foto, a todo esto, la tomé para el último concierto de Roger Waters en Chile.