Estropeado

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  • Una persona inconsciente: Puede que su cerebro esté intacto, y puede que despierte eventualmente, o puede caer en coma. Tal vez un escaner no encuentra daño neuronal. Pero la persona no es capaz de responder apropiadamente a los estímulos del ambiente. ¿Tiene mente?
  • Una persona dormida: ¿Cómo la distingo de la anterior? Mientras duermo, respondo a algunos estímulos externos (ruidos, tacto), pero no a otros. ¿Tengo algunos estados mentales ‘apagados’? ¿Tengo 1/3 de mente?
  • Un bebé: Responde parcial pero progresivamente a los estímulos externos. Aún no desarrolla el mensaje. ¿Cuánta mente tiene? ¿Qué percepciones y sensaciones tiene? ¿Tiene creencias?
  • Luego de una lobotomía: Una persona pierde algunas facultades para percibir y para responder a estímulos. Pierde parte de la memoria, o la visión de un lado, o la capacidad numérica. Hoy sabemos que hay zonas del cerebro asociadas a ciertas funciones psicomotoras. Pero mantiene otras facultades, mantiene alguno de sus estados.

Como vimos con el teléfono, un aparato bueno, pero la red estropeada, entonces decimos “el teléfono está malo”. Una red operativa, pero un aparato estropeado, entonces decimos lo mismo: “el teléfono está malo”. Todos los ejemplos anteriores eran casos de aparato (el cerebro) estropeado. Veamos el otro lado de la moneda:

  • Un psicópata. Asesina gente por gusto. Un escáner no encuentra problema alguno con su cerebro. Es un desorden psiquiátrico-psicológico, no fisiológico. Su condición es determinada por un perito que no es médico, es psicólogo. Le gusta hacer cosas que no le deberían gustar hacer.
  • Mal desempeño escolar: Una madre lleva a su hija al psicopedagogo, para que le dé herramientas que le ayuden a mejorar su desempeño. Su hija está desmotivada. No le recetan medicamento alguno.
  • Un postulante rechazado de una pega: Le hacen un test psicológico, y determinan que tiene problemas con la autoridad. Él no cree en las jerarquías.

(En cursiva puse los estados internos de cada caso: creencias, percepciones, gustos, …).

El primer grupo de problemas “mentales” tiene que ver con la medicina. El segundo grupo de problemas “mentales” tiene que ver con la psicología. En un tercer grupo, podemos nombrar elementos que mezclan ambos: se usan fármacos para combatir la depresión, se usa ritalín (Focusyn) para niños hiperactivos con déficit atencional, y el alcohol desinhibe nuestro comportamiento.

Parece que el funcionalismo nos ayuda un poco a entender qué es la mente. En el siguiente post lo estrujaremos un poco más.

Emulador de inteligencia

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Dijimos anteriormente que

El funcionalismo nos propone que definamos la mente como algo que frente a eventos externos, entrega ciertas respuestas, que dependen tanto del evento externo como de sus estados internos actuales. Estos serían los estados mentales (creencias, pensamientos, deseos, emociones, dolor, …).

Y hemos explorado algunas consecuencias de esto, para la mente humana. Un momento. ¿Por qué hacer la distinción de ‘humana’? ¡Porque la posición funcionalista no necesariamente implica que haya exclusivamente un humano con mente!

Este es uno de los maravillosos puntos donde hay una intersección de disciplinas. En el post pasado cruzamos filosofía con psicología y con medicina (neurofisiología, neurología, psiquiatría). En este post estamos cruzando la zona entre la filosofía y la ciencia de la computación, específicamente, la Inteligencia Artificial.

La postura funcionalista estaría admitiendo la posibilidad que el tener mente no es exclusivo de los humanos. Cualquier cosa que tenga ciertos estados mentales (creencias, emociones, percepciones, …) y funcione de cierta manera, tendría mente.

Si bien no soy experto en esta área de la ciencia de la computación (me especialicé en gestión de calidad del proceso de desarrollo de software), comparto el bombardeo que hemos sufrido de la ciencia ficción respecto a estos temas:

  • Yo, robot, el libro de cuentos de Isaac Asimov, y la película con Will Smith.
  • 2001, donde HAL hace de las suyas.
  • Terminator, donde las máquinas toman el mundo.
  • Matrix, donde “migran” las mentes de los humanos a una gran computadora.

He estado investigando al respecto, pero es una gran caja de pandora la relación entre la filosofía y la inteligencia artificial. No sé si abrir esta caja de pandora, porque dará para largo y me va a desviar de la línea que estoy siguiendo en estos posts. Sospecho que será inevitable tomar este tema más adelante!

En el siguiente post veremos algunas críticas al funcionalismo.

No seas inconsciente

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Como el chiste de XKCD, ¿hasta qué punto basta con la presencia de respuestas adecuadas basadas en estímulos externos y estados internos, para decir que algo tiene mente?

Los fenomenologistas dicen que el funcionalismo no es condición suficiente para tener mente, porque faltaría que exista una vida interna consciente. En otras palabras, el funcionalismo se quedaría corto al capturar la esencia de lo que es tener mente.

Según la fenomenología, la falta de conciencia haría imposible que las máquinas tuviesen mente, aun cuando emulen muy bien el comportamiento de un ser con mente. Entonces, tenemos que caracterizar l0 qué es la conciencia para poder entender este punto de vista.

Una definición podría ser que los estados conscientes son aquellos sobre los cuales nuestra propia mente tiene creencias. Esto que suena tan raro es en realidad lo que ocurre cuando respondemos a preguntas como 1. “¿qué quieres?” o 2. “¿qué piensas?” o 3. “¿qué sientes?”. Para responder a estas preguntas, uno reflexiona, hace introspección, descubre su estado respecto a deseos (pregunta 1) o creencias (pregunta 2) o emociones (pregunta 3), y comunica lo que cree respecto a esos estados. 1. “Quiero tallarines”, 2. “Creo que estás equivocado”, 3. “Siento alegría”.

(Ojo que esto no quita que además los humanos tenemos estados inconscientes que generan acciones, como cuando pasamos por luces verdes sin darnos cuenta que las hemos mirado, o como cuando espantamos mosquitos estando dormidos).

Por supuesto que la definición que hemos dado es funcionalista, y a un fenomenologista no le gustaría mucho, puesto que todo esto puede ser emulado por una máquina. O sea, una máquina puede estar consciente de sus estados. (Es casi chistoso verificar que Java tiene tutoriales de introspección y reflexión para su lenguaje orientado a objetos).

Según la fenomenología, aun en este caso tendríamos sólo una buena imitación, pero faltaría aún el “que se siente tener conciencia”: la naturaleza de dicha experiencia subjetiva (qualia), que supuestamente sólo un ser humano sabe en su fuero interno, pero una máquina sería incapaz de experimentar.

Lamentablemente, en este punto estaríamos llegando a un callejón sin salida, porque la postura de la  fenomenología no refuta (no falsa) el punto de vista funcionalista.

En el siguiente post veremos un intento de dar luz en este tema.

Me estás hablando en chino

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¿Cómo establecer un criterio objetivo para probar si algo tiene conciencia? En particular nos referimos a algo que no es humano. Searle nos propone que es imposible que eso suceda, en su habitación china.

Chinese_Room2

Imaginemos una persona dentro de una habitación. Esta persona sólo entiende inglés. La persona recibe símbolos por una rendija de la habitación. Tiene un manual de instrucciones, que indica qué hacer cuándo recibe cierto símbolo, incluyendo consultar símbolos que ya ha recibido anteriormente. Luego de consultar su manual de instrucciones, entrega símbolos por la rendija de la habitación.

Esta persona no lo sabe, pero desde afuera de la habitación, lo que sucede es que se están desarrollando una conversación en chino. La habitación está interactuando es esta conversación por la rendija de la puerta, mediante estos símbolos.

Searle nos dice entonces que, si bien desde afuera pareciera que se está desarrollando una comunicación en chino, al preguntarle al personaje que está adentro si entiende chino, la respuesta es no. Según este argumento entonces, para que haya mente, no basta con que se responda adecuadamente a estímulos externos de acuerdo a estados internos, porque falta el entendimiento. Según Searle, entonces, se ha refutado el funcionalismo que veníamos discutiendo.

Hay varias respuestas a este argumento (ver el enlace a la wikipedia). Pero me parece que la mejor es la siguiente: Tal vez los diversos componente de la habitación china no son conscientes, pero el sistema completo sí lo es.

Lo que nos dice el argumento de Searle es similar a sostener que dado que las neuronas por sí solas no tienen conciencia, entonces el cerebro tampoco tiene conciencia, lo que es absurdo.

Era un bonito intento el de Searle, y lo quise poner acá para no llegar abruptamente a una conclusión que nos desorientará. Lo que esta sucediendo, es que no está claro de qué forma habría que diseñar un experimento para determinar la cuestión de cómo identificar si algo tiene o no tiene mente. Esto es así porque  la conciencia no es determinable con los medios científicos con los que hoy contamos. No es observable.

Luego, ninguna cantidad de evidencia nos permitiría decidir si están en la razón los funcionalistas o los fenomenologistas.

En el siguiente post veremos algunas cosas que todavía podemos hacer al respecto para salir de esta situación.

(La imagen es de Wikimedia Commons)

Supongo

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Hemos estado revisando con cierto detalle la postura del funcionalismo como caracterización de lo que es tener mente. También hemos conversado un poco sobre la objeción fenomenológica al funcionalismo. En el último post quedábamos desconcertados porque no tenemos herramientas para indicar quién está en lo correcto.

Algunas formas de salir del problema requieren poner en duda algunos supuestos que hemos estado usando en nuestra discusión:

Método: Todo el rato he expuesto argumentos y explicaciones. ¿Dónde están los datos, los experimentos, la opinión de biólogos, neurólogos, psicólogos, investigadores de inteligencia artificial? El método filosófico como que se hace a un lado del método científico a la hora de buscar sus resultados. Habitaciones chinas, cerebros conectados a la matrix, lenguajes privados (el chaucho), todos son parte de experimentos mentales. ¿Son ellos factibles de llevar a la práctica? Tal vez sentarme a pensar no es la forma de llegar a un resultado concluyente …

Estados internos: Hemos seguido nuestro sentido común o psicología popular al hablar de nuestros estados internos (creencias, deseos, sensaciones, intenciones, emociones, …). Y hemos estado dándole vueltas a sus características, definición, dinámica. Pero no nos hemos preguntado ¿estamos seguros que estos estados existen como tales? Es posible que nuestra psicología popular no esté de acuerdo con el funcionamiento biológico de nuestro cerebro.

La mente es “especial”: Todos estos posts han tratado de explicar la mente como un fenómeno diferente a los fenómenos físicos. Cabe preguntarse, ¿es eso correcto? Al fin y al cabo, en la física nos encontramos con fenómenos “raros” con cierta frecuencia: magnetismo, singularidades del espacio-tiempo (hoyos negros), principio de incertidumbre, ¿por qué tenemos que buscar explicaciones a la mente fuera de sus componentes físicas (o sea, fuera de la biología)?

En el siguiente post voy a hacer un resumen de todo lo visto (un índice más bien) y después de eso, voy a ver qué se puede hacer para seguir el camino propuesto por Leo para afrontar el tema de la mente (que se basa más en la fenomenología que en el funcionalismo).