Con la Alta Patrulla del ’92 fuimos a un curso de Primeros Auxilios en la Asociacion Chilena de Seguridad, por la Alameda, más abajo de la Estación Central.
Creo que fueron tres o cuatro mañanas de sábado. Ensayamos vendajes, inmovilización, resucitación, tratamiento de heridas. Incluso vimos unas películas de terror sobre accidentes y cómo mantener la calma y el orden.
Lo más choriflai era un muñeco al que había que hacerle respiración artificial y RCP; se encendía una luz verde si lo hacías bien, y una roja si lo estabas matando.
Mucho de eso me sirvió para el accidente que hubo en casa el año pasado.