Inicio Parte 1 Parte 2 Parte 3
Anterior Siguiente

L21-05-2007 El Cairo

Crónica Detalles Costos Multimedia  
English
 
L21-05-2007
M22-07-2007
W23-05-2007
J24-05-2007
V25-03-2006
S26-05-2007
D27-05-2007
L28-05-2007
   
 

El Cairo, Egipto (القاهرة, مصر)

Luego de dormir la nada misma, nos levantamos para comenzar nuestra aventura en Egipto. Nos comimos un rico desayuno en el hotel, que a todo esto es más bien un resort, y pronto nos pasaron a buscar para nuestra primera visita: nada menos que las Pirámides de Giza

A todo esto, sucede que Giza es una ciudad distinta a El Cairo, como lo que pasa con Santiago y San Bernardo. De hecho, están en gobernaciones distintas, una en la Gobernación de Cairo, y la otra en la Gobernación de Giza.

 
Hotel Intercontinental Pyramids
   
 
Vista a las pirámides desde mirador
 

Giza, Egipto (الجيزةة, مصر)

Conocimos a nuestros compañeros de viaje, con los que compartiremos hasta Luxor. Eran tres parejas de temucanos que andaban de paseo, más una pareja embarazada con la suegra.

También conocimos a nuestro guía para el mismo trayecto. Nos dijo su nombre (impronunciable) pero nos indicó que lo llamáramos José.

Dentro del vehículo que nos recogió, que tenía aire acondicionado, había además una nevera repleta de agua mineral helada. Muy conveniente, para mantener la hidratación en el desierto.

   
 

Pirámides de Giza

Bueno, antes de llegar a la Meseta de Giza ya se pueden ver las pirámides desde la carretera, porque son muy grandes. A todo esto, no están al medio del desierto, sino al lado de la ciudad.

Subimos a un mirador desde donde se ven las tres pirámides, y en el camino notamos que a Mykerinos (la más pequeña) le falta un buen pedazo en el costado.

Desde el mirador había una vista espectacular. Antes de bajarnos, nos dijo nuestro guía José que se nos iban a acercar unos personajes para ofrecernos paseo en camello, y que el nos aconsejaba decir enfáticamente que no. Fue lo que hicimos.

 
Pirámide de Kefrén
   
 
Pirámide de Keops, Cons a escala
 

Luego de sacar fotos bacanes, bajamos, e hicimos una bajada flash en un lugar no autorizado al lado de Kefrén, que es la pirámide que estaba abierta para ser visitada.

No lo pensamos dos veces, compramos la entrada, y descendimos al interior de la pirámide. Primero se baja, y luego se sube. Es un poco apretado, y hay que andar con buen calzado, para no resbalar.

El aire se nota enrarecido, con calor húmedo, debe ser por la respiración de la gran cantidad de turistas que entran a diario.

   
 

Llegamos al corazón de la pirámide, donde hay un sarcófago de granito sin inscripción alguna. Es loco, porque es un espacio bastante grande, y con todas esas toneladas de material sobre la cabeza ...

Salimos y nos dieron rato libre. Nosotros lo aprovechamos para ir a sentamos un rato al lado de Keops. Es gigante. Te quita el aliento. Además en el desierto hay mucha calma. Qué espectacular, los faraones lograron algo que debe haber requerido una gran organización.

Al lado está el museo de la Barca Solar, bastante feo, no pega para nada con el entorno. Nos movimos a la Esfinge, pasando primero por su templo.

 
Esfinge y Pirámide de Kefrén
   
 
Esfinge
 

Nos detuvimos en el templo para ver cómo encajan perfectamente las rocas gigantes que hacen de ladrillos para murallas y dinteles. Están labradas realmente para calzar al milímetro. Gran destreza tenían los antiguos constructores.

Pasamos a la Esfinge misma, que no se puede ver desde abajo, sino desde arriba, por un costado. Ese ángulo le quita un poco de grandeza, y además se notan a simple vista las partes restauradas. Pero da lo mismo. Nunca será lo mismo conocerla por fotos que por los propios ojos.

Justo a la salida entramos a una fábrica de perfumes. Interrumpimos la oración de quienes estaban dentro, pero parece que los negocios son los negocios, porque mientras nuestro guía José fue a hacer su oración, nos atendieron sin problema.

   
 

En esta fábrica nos dieron a oler diversos perfumes, diciéndonos que eran las mismas bases de los perfumes del mercado. Nos pasaron unas tarjetas para ir anotando cuál nos gustaba, y la Cons se tentó con uno de vainilla, pero pensó en el viaje de regreso y el costo más o menos elevado, y desistió.

El Cairo, Egipto (القاهرة, مصر)

Nos devolvimos a El Cairo para ver el famoso Museo Egipcio. Hay un tráfico del demonio, pero una infraestructura vial notable, como el Puente 6 de Octubre. Hay unos pasos sobre nivel de varios "pisos", a veces nos sentíamos flotando sobre la ciudad. Cruzamos el Río Nilo, y nos bajamos en el museo.

Nos pasaron por detectores de metales, que a todo esto abundan en Egipto. Nos pasaron por detector en el hotel, en las pirámides y en el museo. Seguro quieren mantener tranquila la industria del turismo.

Dejamos las cámaras fotográficas guardadas en consigna, y entramos al museo. Lo primero que llama la atención, es que parece que uno hubiese entrado a un museo de principios del siglo XX. Los escaparates son de madera, y las etiquetas son simples.

 
Templo de la Esfinge
   
 
Fábrica de perfumes
 

No se parece en nada a los otros museos que vimos en Grecia y Turquía. Pese a ser una selección de objetos, da la sensación de estar pobremente ordenado y señalizado.

Pero no importa, las estatuas, sarcófagos, papiros y otros objetos bien valen la pena. No entramos a ver las momias de los faraones, pero sí nos explicó José con detalle los objetos del tesoro de Tutankhamón.

A todo esto, en un momento nos dice "ahí dentro está el velo de la esposa de Tutankhamón", pero ellos pronuncian la V como B, "belo". Nosotros miramos en la vitrina y no vimos nada que pareciera un velo. "¿Dónde?", preguntamos, "¡ahí!". "No vemos, ¿dónde?", "Dentro de esa esa caja".

   
 

Qué raro, ¿para qué poner un velo dentro de una caja? Le preguntamos, y nos dijo que no era el belo, sino el belo (tocándose el pelo). "¡Ahhh, el pelo!" exclamamos. "Si, eso dije, el belo" ja ja ja.

Pero lo mejor de lo mejor, son los objetos de oro. Están en otra habitación, protegida por guardias y vitrinas de verdad (no de madera). Vimos las máscaras, los sarcófagos, todo lo que era de oro. Magnífico.

Salimos del museo, recuperamos nuestras cámaras, y nos fuimos al hotel. El camino fue eterno, porque primero dejamos a los temucanos, y los embarazados que estaban en el centro, y luego nos fueron a dejar a nosotros, cerca de las pirámides.

 
Museo Egipcio
       
 

Llegando al hotel, pese a ser temprano, nos acostamos porque tipo dos de la mañana nos recogerían para nuestra siguiente aventura.

   
  ¿Te gustó el sitio? ¿Tienes preguntas? ¡Escríbenos! - Did you like the site? Do you have a question? Leave us a note!