1994–02-11V Polincay a Puerto Varas

This entry is part 6 of 9 in the series Mochileo

La manivela da otra vuelta y nos descoloca. Como no tenemos itinerario ni planes, supongo que era lo que tenía que pasar. Por otro lado, veremos cómo las decisiones a veces son malas, y a veces, son simplemente chistosas, al verlas desde la lejanía del tiempo.

Transcripción:


384va Noche Viernes 11 de Febrero Mochileo

A las 9:30 nos levantamos, nos arreglamos un poco, nos lavamos y vamos a buscar nuestro desayuno.(1) Estamos listos para trabajar. Nos tramitan caleta. Cago ‘N’ y bajo, pero vienen de vuelta, vagamos y nos llevamos unas cámaras(2) en una micro. Volvemos a vagar, y con Darío vamos a buscar pinceles y yo a dejar remedios. Volvemos a hacer lienzo grande, y viene don Feña a decir que nos vamos.(3) Filo, tristes igual. Terminamos, arreglamos las mochilas y acompaño a Darío a buscar el legendario.(4) Conapaihuén,(5) coreanas, todo ok pero no aparece. Vamos a despedirnos a Servicio. Nos tratan súper bien, la Poroto me da su teléfono y pide el mío.(6) Volvemos, y nos tienen almuerzo. La raja, igual piola, nos despedimos de todos: Carlos, Souchi, Chino, Poroto, Carola y el resto. Gritos largos(7) y nos vamos. No nos dejan salir, el medio atado por handy,(8) al final nos vamos. Darío compra polera y salimos.(9) Pasa pronto una micro y nos vamos. También van Andy, Sergio, David. Bla-bla. Llegamos y pasa el bus con el resto, el Andy corre a buscarlos. Nosotros ZZZ. Vamos a los videos a juntarnos, y llegan todos. Ahí me tiro y cabezeo, al final me voy con el Carlos. Compro helado de 350 de plátano con chirimoya alegre la raja, y salimos a hacer dedo. Nos lleva una doble cabina blanca adentro. Nos deja afuera y caminamos pa’dentro.(10) Nos tiramos en la plaza y encontramos al resto en el muelle. Llegan los otros dos, tomamos fotos(11) y partimos a buscar albergue. En contramos al Kachencho,(12) bla-bla, chao. Salimos pa’rriba a una ¿escuela / esquina? y vale ¿?. Van a buscar qué hacer. Llega el Kachencho, bla-bla, nos da bebida y cuenta atados amorosos. Vamos con David a comprar y a la vuelta ya están. Al final ducha x $ 200 y nada más.(13) No sabemos qué va a ser el final. Se duchan y nos arreglamos para salir. Vamos a la plaza, pasamos a una feria artesa donde cantan La Cabra.(14) Jugamos taca-taca los sparrin’(15) y ganamos 3x2. De ahí pasamos al centro de llamados a llamar (obviamente) y compramos pan por ahí.(16) Vemos qué hacer y nos separamos al casino. Buena onda, simpático. Nos sacamos fotos(17) y a la salida llegan Sergio y Juano. Engrupimos que ganamos $20000. Hacemos muuu y compramos un paquete.(18) Ganamos una vez y se nos va altiro. Vamos a buscar a Darío ermitaño(19) al muelle y partimos a la estación de tren. Muertos de frío, con sueño entrecortado.(20)


(1) Este es el tipo de cosas por las que todos los asistentes a estos eventos (tanto los beneficiarios como los de Servicio), tienen que pagar una cuota. En este caso, nosotros estábamos desayunando gratis, en la práctica.

(2) Cámaras de neumático, para juegos de agua.

(3) Don Feña se refiere al papá del Feña. Don Feña era un alto dirigente de la Asociación de Guías y Scouts de Chile. En este momento, entonces, nos están echando del Moot en Polincay.

(4) Hay dos posibilidades acá. Una, es que el ‘legendario’ sea un machete. La otra, era un abrigo oscuro largo. Lo loco, es que realmente en este contexto, cualquiera de los dos es plausible. No hubiese sido nada de raro que nosotros andáramos con un arma blanca de varios centímetros de longitud.

(5) El Conapaihuén era otro grupo scout amigo. Acá estaba la Carola, ex-polola de mi hermano.

(6) Todo esto este relato está escrito en un cuaderno. No obstante, recuerdo que este número de teléfono lo tenía en un trozo de papel higiénico. Tal vez el cuaderno ya estaba guardado al fondo de la mochila.

(7) Los gritos del Pompeya, en comparación, eran súper cortos y fomes.

(8) Handy: Walkie-talkie. Intercomunicador. Radio.

(9) Por lo que veo, la polera la compré yo realmente. Una para él, y otra para mí. Era blanca, la recuerdo perfecto.

(10) Como yo me fui con Carlos, ni él ni yo aparecemos en estas fotos que se tomaron los otros en las afueras de Puerto Varas.

(11) Esta foto es muy buena, yo creo que interpreta totalmente el espíritu en el que estábamos todos. Lamentablemente, a mí me molestaba el sol, y me pareció súper buena idea poner mi cara en la sombra de un poste que había ahí, ¡d’oh!

(12) El Kachencho era un amigo del Juancho.

(13) Vean por favor el tipo de gastos, y los montos involucrados. Estas mochilas se quedaron bien guardadas en un albergue, que era uno de los que habilitaba el INJ (Instituto Nacional de la Juventud). En esos tiempos, había una red de albergues para los jóvenes mochileros. Por algún motivo, nosotros decidimos que lo del horario de llegada no nos acomodaba, y queríamos libertad. Pensamos en dejar las mochilas (y los sacos de dormir) seguros, y después veríamos dónde dormir.

(14) La Cabra: Es una canción que he escuchado como dos veces en la vida, pero todavía me acuerdo de parte de la letra.

(15) En el local de apoderados del Pompeya, había un taca-taca, y jugábamos harto ahí. A algunos de nosotros nos apodaban los sparrin’, por malos, supuestamente.

(16) Tal vez, el pan lo compramos aquí en este lugar:

(17) En el casino de Puerto Varas. Esas cinco lucas eran solamente para la foto, porque no nos podíamos dar el lujo de gastarlas realmente ahí.

Carlos y David

(18) Hacer muuu: hacer una vaca, recolectar dinero. Un paquete: de fichas de casino.

(19) Tal vez en estos posts no queda muy claro, pero el grupo de personajes que fuimos a mochilear nos conocíamos perfecto entre todos, desde hace varios años. No solamente en las actividades propias de scout, sino también socialmente, fuera de ellas. Una vez, en primero o segundo medio, mi profesor jefe del colegio, el Cucho, me sacó aparte y me preguntó por qué no me esforzaba más en hacerme más amigos entre los compañeros de curso. Yo le expliqué que no me daba la neurona para agregar más a los tantos que ya tenía en los scouts. Y es que en realidad, casi todo nuestro tiempo libre lo pasábamos juntos. En fin, a lo que voy en esta nota: Si me dí el trabajo de poner por escrito un rasgo de personalidad de uno de nosotros, es porque de alguna manera, me llamó la atención. 

(20) Y así fue cómo las mochilas durmieron calientitas y nosotros casi que con hipotermia. Como en la estación de trenes de Temuco habíamos dormido tan bien, pensamos que dormir en la de Puerto Varas iba a ser igual. El problema es que esta estación estaba sin uso, y por lo tanto no tenía ventanas ni nada de infraestructura. Era igual que estar afuera. Recuerdo que me acomodé debajo de un banco, de esos que son tres o cuatro tablas delgadas, y que dormimos la nada misma.


Texto original:

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