Inspección visual

Hay un ramo para los alumnos de postgrado en el DCC que se llama “Seminario de Postgrado”, donde una parte del semestre exponen diversos invitados de variadas áreas de la computación. Al final del semestre exponen los alumnos que ya tienen parte de su investigación realizada.

Hoy asistí a dicho coloquio, porque queda a escasos metros de mi oficina. El tema era más o menos así: sacar fotos a diversos objetos (salmones, tortillas mexicanas, llantas de BMW), y procesar dichas imágenes con algoritmos para extraer información diversa (geométrica, de color) y luego hacer un análisis que permita establecer cosas varias.

En el caso de los salmones, identificación automática de hematomas, selección de coloración para diversos mercados (más oscuro para Japón, más claro para Europa, podría ser), o búsqueda de espinas. En el caso de las tortillas, para clasificarlas en distintos tipos, o descartar aquellas que salen de una norma. Para las llantas, búsqueda de fracturas o burbujas. O sea, para hacer inspección o control de calidad, pero sin intervención humana.

Todo me pareció sumamente interesante. Luego pasaron al análisis en línea de imágenes capturadas con una cámara de video. Ahí mismo en la sala corrieron un algoritmo parecido al de reconocimiento de caras de Sony, que podría tener aplicaciones pronto en nuestra ciudad …

Biblioteca

Tuve que ir a la biblioteca del campus a obtener unas tesis. Si bien la universidad tiene (por lo que entiendo) una de las bibliotecas más bacanes de Chile, me pareció que en los casi diez años que no entraba, seguía todo más o menos igual.

Es raro el concepto de biblioteca hoy en día. El único motivo para recoger esa información presencialmente es porque las tesis no estaban on-line. (Lo que me obliga a abrir un paréntesis: ¿De qué sirve una tesis que supuestamente expande la frontera del conocimiento, si la única forma de acceder a ella es yendo físicamente a buscarla a la biblioteca donde se encuentra? Fin del paréntesis).

Bueno, entramos por unos tornillos tipo metro, consultamos el catálogo en línea, y tuvimos que cruzar todo el edificio al lugar donde están las “colecciones especiales”. Ah!, y por ahí había una puerta que decía “libros raros”, qué ganas de intrusear ahí!

Bueno, le pedimos al funcionario que nos diera las tesis, y nos dijo que teníamos que darle los códigos. En el catálogo buscamos uno por uno dichos códigos, el funcionario entró a buscarlos, y nos pasó las tesis. Mientras buscaba, conversábamos acerca de la necesidad que todos los libros se accedan en línea, y que haya lectores digitales como el de Google. Con eso te ahorras muchos metros cuadrados, y además tienes acceso instantáneo. Claro que no sirve para algunas cosas como libros de gran formato, planos, y audiovisual.

Bueno, fotocopiamos los resúmenes de las tesis, y luego los tuve que tipear uno por uno. Un trabajo que hubiese sido mucho más fácil con “copiar y pegar”.

Nuevo trabajo

Tomé la cámara de fotos y me di una vuelta por mi nueva pega.

Como los alumnos están de vacaciones, es todo muy tranquilo. Y las áreas verdes están realmente filete. Me concentré en fotografiar principalmente la zona de la Facultad de Ingeniería, ya fotografiaré otras partes del campus.

Mientras caminaba, intentaba recordar ¿qué había antes aquí? Hay una buena cantidad de nueva infraestructura. Lo bueno es que son edificios bonitos, y que están acorde con el entorno.

¿En qué estoy trabajando ahora? Haz click en la imagen de abajo. Estoy a cargo de la parte ejecutiva, no de la parte docente.

Ingeniería

He estado viendo la antigua serie “Cosmos” de Carl Sagan, está muy buena. Presenta de manera didáctica las típicas cuestiones del universo, las estrellas, el sistema solar, los planetas, y lo combina con otros temas como la evolución, la vida extraterrestre, y el futuro de la raza humana.

Sin duda a todo ingeniero le gustan estos temas. Cuando estaba en el colegio, no tenía idea de lo que significaba ser un ingeniero, sólo sabía que me gustaban las matemáticas, y las ciencias como la física, y en menor medida la química y la biología.

¿Por qué no estudiar entonces una licenciatura en ciencias? En ese momento, simplemente no me tincó. Ahora veo que es un poco árido, mucha teoría, y tienes que optar por doctorarte y seguir lo académico, o ultraespecializarte y ser un científico.

La ingeniería es más abierta. Sirve para una carrera profesional muchísimo más amplia. Si quieres ser de los “civiles puros”, tienes la construcción, la minería, las obras civiles, la hidráulica, las plantas y sus procesos químicos y ambientales, la bioingeniería.

Pero existe algo llamado la ingeniería industrial. Al menos en la UC, significa quitarle un poco de la parte técnica, y poner algunos conceptos de gestión empresarial. Marketing, finanzas, economía, contabilidad, operaciones. Como cruzar un “civil puro” con un administrador (que en Chile llaman Ingenieros Comerciales).

Me parece que tomé una decisión acertada. Ni excesivamente especialista (diploma en computín) ni muy generalista.

Computines M.Sc.

Invitó Yadran al Eladio a los alumnos de la UC a quienes guió en su tesis de magíster.

En esos tiempos, no existía la opción de magíster sin tesis (Magíster en Ingeniería), sólo estaba el otro (Magíster en Ciencias de la Ingeniería).

Estoy hablando del 2000. Ese año postulé y fui aceptado en el programa de Magíster, y comenzamos a trabajar el 2001 con Yadran. Los créditos de investigación los usé en Ingeniería de Software (que era mi principal interés en esos tiempos), especificamente en el tema de componentes de software. Recién estaba saliendo J2EE y .NET.

El 2001 terminé los créditos de cursos, y el 2002 tuve el llamado “beneficio de residencia”, que me eximía de pagar todo el año que estuviese con créditos de tesis de magíster. El 2002 lo pasé en el tema de mejora de proceso de software (SPI), y nos juntábamos con Yadran más o menos periódicamente.

Luego de la evaluación CBA-IPI Nivel 2 CMM, pasé todo el verano 2003 escribiendo la tesis a partir de los papers que habíamos producido durante el 2002. Hice el MT‑4, y luego de que la comisión aprobó el borrador, defendí en mayo de 2003 la tesis de magíster.

Con eso, obtuve al mismo tiempo el título de ingeniero civil de industrias y el grado de magíster en ciencias de la ingeniería.

El graduado

Fuimos a la graduación del magíster de Claudio. Era de la facultad de comunicaciones de la UC, específicamente “Magister en Comunicación Social con mención en Comunicación y Educación”.

Estaba combinada la ceremonia con la de los periodistas. Lo encontré una chacra. El presentador se equivocaba a cada rato, y los discursos fueron olvidables. Lo único chori es que tenían a varios camarógrafos, y una pantalla gigante con las imágenes del momento.

Salimos y no había cóctel, impresentable creo yo. “Es que no es como ingeniería, que tienen plata”, me dicen.

Lo rico es que fuimos a Infante 51, especialidad en pescados. Y pucha que estaba rico. La atención es pasable, pero los platos estaban muy buenos.

A todo esto, pedí cojinova. Eso me recuerda Pichilemu, cuando llegaba el Nico fones a las tantas de la mañana, luego de la fonda, a despertar a quien quisiera tomar una cerveza de desayuno.

Enseñar

Hoy comencé a dar clases en la Universidad de Chile, por quinto año consecutivo.

Es notable la diferencia entre estos alumnos y los de la Universidad Católica. En ambos casos estamos hablando de profesionales, que hicieron sus estudios superiores en cualquier parte.

Pero los de la Chile están como más enfocados, como que les interesa más aprender, como que devoran cada palabra que uno emite.

Mucho tiene que ver el ambiente. En la Chile jamás he superado 20 alumnos, y no porque falten postulantes, sino porque es política de la universidad. El último semestre en la Católica tuve más de 45 alumnos.

Además, el postítulo de la Chile está mucho más enfocado, es un “Postítulo en Ingeniería y Calidad de Software”. El de la Católica se llama “Postítulo de Gestión Informática”. Esta diferencia atrae a distintas personas.

Y lo que me deja perplejo, es que cada año viene gente a tomar sólo mi ramo. La dura no sé por qué, al fin y al cabo el nombre no dic mucho “Gestión de Proyectos de Calidad de Software”. Seguro eso no basta para tomar una decisión.

La cosa, es que visitaré Beaucheff cada martes hasta octubre creo, son 24 horas lectivas. Y lo paso bastante bien.

Becario, pero no de la casa blanca

Ayer y hoy hubo junta con Gonzalo. Hay amigos a los que por un tiempo no les veo ni la punta de la nariz, y a veces aparecen varios días seguidos.

Celebramos que le fue bien con la beca Conicyt, por lo que podrá comenzar su doctorado. Estos doctores estudian 7 años, más 3 de especialidad, y ahora más encima hacer un doctorado, ¡uf!

Lo bueno de su enfoque, en todo caso, es que su carrera es eminentemente práctica, desde un comienzo viendo pacientes y participando en el ejercicio de la profesión y las instituciones de salud.

Conozco doctores (Ph.D.), por ejemplo en ingeniería, que jamás en la vida vieron una industria, o un negocio, todo fue investigación, escritura de artículos y hacer clases. Puro libro, bastante distinto, ¿no?

Ahora bien, esas son decisiones de carrera. No es lo mismo querer dedicarse a la empresa que a la docencia, aunque tengo la idea que en gringolandia está bastante integrado el mundo universitario y el empresarial.

Por otro lado, mi hermano Claudio también ganó beca para su doctorado en literatura, ¡heavy! Él seguirá haciendo clases en el colegio (es profesor), y sus actividades escolares, pero con menos horas.

Ex-alumnos de magíster e ingeniería de software

Desde hace unos años quien fuera nuestro profesor guía de magíster de la PUC, Yadran, nos invita a cenar y echar la talla con él y otros ex-alumnos que ya han terminado su postgrado.

Fuimos José Tomas, Karen, la Cons y yo, y entre otras cosas conversamos de nuestras diversas vidas laborales: en retail, en desarrollo web a medida, en desarrollo web corporativo y en desarrollo de sistemas en tiempo real.

En particular discutimos el uso de las ‘buenas prácticas’ de ingeniería de software.

Luego de haberle dedicado 4 años de mi vida laboral a ese tema, lo único que tengo que decir al respecto es: lo primordial es aumentar la felicidad del cliente.

Y, junto con un grupo de personas, estamos convencidos que la forma de hacer más feliz al cliente es siendo expertos en establecer y cumplir compromisos.