L07-05-2007 Santiago - Frankfurt

Aunque la excitación por el viaje es fuerte, no podemos levantarnos a la primera. Dejamos pasar dos "siestecitas", nos levantamos, y luego nos recogen los papás de la Cons. Estamos un poco dormidos todavía, pero no dejamos de notar que la Costanera Norte está con bastante taco. Claro, estamos saliendo a la misma hora que las personas que van a sus trabajos.

Aun así, llegamos al mesón de la aerolínea antes que abriera. Para variar, el vuelo está sobrevendido, pero como somos de los primeros, no tenemos problema en obtener nuestros asientos hasta la llegada a Atenas. Nos despedimos de los papás de la Cons, y pasamos con nuestros pasaportes por policía internacional.

Vitrineamos un poco el Duty Free, pero en realidad esos precios no son más baratos que lo que encontramos usualmente en la ciudad. Como la Cons tiene tarjeta de crédito con acceso a salones VIP, vamos a echar un vistazo, pero no nos llama la atención entrar.

Vamos a la puerta 10, al extremo del terminal, y esperamos pacientemente nuestro vuelo. Mientras tanto, nos llaman al celular David y la Bai, para desearnos un buen viaje.

Nos subimos entonces al vuelo Lufthansa, operado por Swissair. A la subida no había para nosotros ni diarios ni dulces, ninguna atención.

Arriba del avión, reconocimos a algunas de las personas que estuvieron en la reunión del tour, y conversamos un poco. Nos informamos que sería un vuelo de 2616 km hasta São Paulo, Brasil, con +1 hora de diferencia horaria, que nos tomaría 03:25 horas.

Como la aerolínea es suiza, donde hablan francés, alemán, e italiano, partiendo de un país que habla castellano, y con escala en otro que habla portugués, las diversas instrucciones las dieron en muchos idiomas. A aquellos que iban a seguir en la misma aeronave hasta Atenas, les pusieron un cartel en el asiento, para que los pasajeros que se subieran en São Paulo no usaran sus asientos.

Este avión tenía su buena pantalla interactiva, con un control remoto en el apoya brazos. En el despegue nos mostró en vivo una cámara que al parecer estaba en la nariz del aparato.

Vuelo São Paulo- Frankfurt

Embarcamos ahora en Lufthansa, con la mala pata que nos tocó, en la columna del medio de cuatro asientos, los dos asientos del medio, nuestra peor pesadilla se había cumplido. Más encima, el avión no tenía pantallas individuales, teníamos que observar las pantallas que había cada cierta cantidad de filas.

Despegamos, y nos dieron de snack unos mini pretzels (muy alemán, ¿no?) con bebestible, y una toalla caliente para pasarnos por las manos (y yo me la pasé por la cara también). Más rato nos dieron de cenar goulash con puré y zanahoria, una ensalada onda 'fusión' con camarón, fruta (manzana parece) y pepino, un queque con mermelada, y queso crema.

Pedimos luego cerveza Warsteiner, y nos fijamos que todo el mundo estaba métale chupando chela. Totalmente alemán, no sé cómo lo harán con los baños. Más rato apareció en pantalla "Tony", que nos dio unos ejercicios para el vuelo, y evitar el jet lag.

Para pasar las horas, ofrecieron las películas "Freedom Writers" y "Night at the Museum". Además, yo aprovechaba de leer la Loleny Planet de Grecia.