J10-05-2007 Atenas

Tomamos la decisión con la Cons de no tomar un tour que nos ofrecieron a Argólidas. Preferimos quedarnos en Atenas y descubrir qué más tiene para ofrecernos. Luego de desayunar, era cosa de caminar unos cientos de metros para nuestra primera parada.

Kerameikos - Κεραμεικός

No he querido dar la lata con "esta palabra viene del griego", pero pucha, ahora es inevitable. Cerámica. Kerameikos. Está claro.

Acá está el antiguo cementario de la ciudad, y una antigua entrada por dos puertas, llamadas Puerta Dipylon y Puerta Sagrada. Nos encontramos al entrar con una placa con un mapa, lo que nos permitió entender mejor lo que veíamos.

Bajamos primero a buscar las puertas en los muros, y están señalizadas (menos mal). "Entramos" a la ciudad, y vimos los restos del Pompeión, donde se vestían los participantes de las panateneas. Todo es muy tranquilo y silencioso, y se ve por fuera la Iglesia de la Agia Triada desde dentro del recinto.

Recorrimos luego la calle de las tumbas. Esta calle tiene un buen número de lápidas de variados tipos. Entramos al Museo Arqueológico de Kerameikos, y al igual que en el Museo de la Acrópolis, nos advirtieron que estaba prohibido posar con las estatuas y vitrinas.

Ladera sur de la Acrópolis

Salimos del recinto, y caminamos a todo sol por Ermou hasta Thissio, tomando ahí Apostol Pablo y Dionisio Aeropagita. A la Cons le pareció un tramo horrible.

Además estaba lleno de carpas blancas. Tomamos la precaución de ponernos protector solar este tramo, porque no había ni una sombra.

Todo el rato tuvimos una excelente vista de la Acrópolis y el Partenón, y también del otro lado del Odeón de Herodes Ático.

Un poco más allá estaba la entrada al recinto, donde vimos el Teatro de Dionisio, que no está totalmente excavado, la Stoa de Eumenes, el Asclepieion, y unos restos que estaban dispuestos en un recinto techado a la entrada.

Metro de Atenas

Nuestro siguiente destino estaba a una distancia donde valía la pena tomar el Metro. Estábamos al lado de la Estación Akropoli.

El metro nos pareció más fresco que el Metro de Santiago, y nos llamó la atención que tiene cobro diferenciado, además no hay torniquete, como en Alemania.

Nos cambiamos de línea en la Estación Omonia, y nos bajamos en la Estación Viktoria. Nos devolvimos por la calle 3 de septiembre y 28 de octubre, donde aproveché de comprarle unos diarios deportivos a mi hermano.

Nos llamó la atencion que no había mucho ruido de teléfonos celulares sonando, y lo breves que eran las luces verdes peatonales.

Museo Arqueológico Nacional

Entramos al museo pensando que probablemente lo mejor está en otros museos europeos, pero hay varias cosas destacables. Primero, se ve claramente la evolución de la escultura griega. Las estatuas parten rígidas, con los brazos pegados al cuerpo. Conforme se avanza en el tiempo, van despegando los brazos, y van cambiando el peinado, hasta llegar a poses espectaculares en pleno movimiento.

Por ahí está también la llamada Máscara de Agamemnón, una buena Estatua de Zeus o Poseidón, y para los computines, el Mecanismo Antikythera.

Nos subimos nuevamente al metro en la Estación Viktoria, y cambiamos de línea de nuevo en la Estación Omonia, pero ahora nos bajamos en la Estación Panepistimio, al lado de la Trilogía Clásica, en la calle del mismo nombre.

Trilogía Neoclásica

Con la Cons no somos de la onda arquitectura, pero nos explicaron ayer, que estos edificios de Theofil Hansen representan el renacer de la arquitectura de los antiguos griegos. Contemplamos la Academia, la Universidad, y la Biblioteca Nacional con toda calma.

En este momento ya estábamos con los pies muy cansados, caminamos un cementerio, la ladera de un cerro, y un museo. Nos sentamos en un local por ahí a comer unos emparedados. Un par de frases en griego bastan para hacerse entender.

Caminamos desde la Trilogía Clásica hasta Plaka

Tomamos entonces la calle Eolou, que encontramos semejante a las calles peatonales del centro de Santiago. Pasamos el Banco Nacional y la iglesia Panagia Chrysospiliotissa, muy bizantina.

Nos llamó la atención ver muy pocos cyber cafés, en todo lo que habíamos caminado, nos encontramos sólo con uno.

Además, muchas antigüedades en restauración, o sitios arqueológicos enrejados, no como en Roma, donde algunos son parte de edificios en uso.

Monastiraki

Llegamos a Monastiraki, y no habíamos tenido tiempo de ver "ferias artesanales" locales, por lo que aprovechamos el bazar que se pone en la calle Pandrosou para mirar un poco.

Encontramos que había poco souvenir. Y el poco que había era poco atractivo y no distintivo. Por ejemplo, no vimos "partenones" tamaño llavero. En las otras capitales de Europa en todas las esquinas vendían torres eiffel, o coliseos, por ejemplo.

Retomamos entonces el recorrido sugerido por la Loleny Planet, que ayer quedó inconcluso justo en este punto. Seguimos hasta Plateia Mitropoleos, donde están la Gran Mitrópolis y la Pequeña Mitrópolis, o sea, la Catedral Metropolitana y la Iglesia de Agios Eleftherios.

Miramos la residencia del Arzobispo de Grecia, el Jardín Reciclado de Tom, y nos sumergimos en Pláka, siguiendo la peatonal Kydathineon. Encontramos la Iglesia de la Metamorfosis, y dimos por concluido el recorrido.

Como era una hora decente, y muy temprano para cenar, nos fuimos a Plaza Syntagma, donde estaba el cybercafé más cercano.

Saciadas nuestra necesidades de internet, volvimos a Pláka, donde escogimos un local en plena vorágine turística para cenar souvlaki.

Obsrvamos con calma Pláka, y pasaban a cada rato largas filas de turistas encabezados por un guía con un paragua para hacerse ver.

Ya que estamos cenando, nos fijamos que todas las veces que nos sentamos en un local, iban poniendo los tickets parciales de consumo en la mesa. Luego los tomaban todos y nos pasaban la boleta.

Además, nos cobraron usualmente el cubierto, pero no ponían nada para picar, ningún snack tipo pebre o mantequilla. Por otro lado, nos llenaban de pan pita. A mi me pareció rico, pero la Cons lo encontro desabrido.

Nos llamó también la atención que los mozos saben bastantes lenguas diferentes. Los de Santiago, aún en zonas turísticas, con suerte salen del castellano.

Siguiendo con estas reflexiones, nos pareció que el concepto turístico de Pláka está súper bien, sólo que dudamos que viva ahí algún griego.

Sin embargo, vimos otras partes de la ciudad más decadentes, a poca distancia. Mal cuidado, no muy limpio, rayado. Además hay poca sombra.

Las personas que vimos en las calles podrían ser de cualquier nacionalidad. Había que esperar que hablaran para hacerse una idea.

Termina entonces la vista de Atenas, creo que valió la pena este día de recorrido, mañana nos embarcamos para recorrer el Mar Egeo.