Entré en marzo del ’85, un lobezno. Akela era Eduardo Montencinos (el Lapa), Bagheera era Ernesto Zapico, Hathi era Pablo Núñez, Mang era Cristian Bustos, Rahn era Cristian Montes. Creo que al principio no había Baloo y Kaa, después hubo.
Entre los personajes que estaban (distintos a los que seguí viendo después), recuerdo al Pilo, Pablo Oliveira, Giovanni Piraino, el Moco, el Tuto (Cristian Norris), el Cacho (Sebastian Altayo), Juan Cristóbal Cobo, el Eugenio Burgos, … Uno de los primeros que conocí por allá por marzo del ’85 fue nada más y nada menos que el David.
El campamento de invierno, en Julio, fue en El Tabo, en unas cabañas en un sitio con un bosque. Yo estaba en la seiscena negra, con el Pablo Oliveira. Esa vez perdí un pijama, pero para que no nos quitaran puntos me hice el leso cuando salió entre las cosas perdidas.
En el verano, (enero ’86) fuimos al Fundo “El Cóndor”, en Molina. Esa vez era la seiscena ploma, de nuevo con el Oliveira, y el subseiscenero era el Andrés Bustos, que luego estaría con David en los Delfines. Pucha que era buena esa agua de vertiente, que uno iba a buscar en bidón.
Luego pa’l ’86, en primavera fuimos a Paine, una casa por ahí. En una tarde nos quedamos mirando los colores del cielo, mucho rosado. En esa ocasión formulé mi promesa. Me parece que mi padrino fue el Juano (sí, el Juano Juano).

En verano del ’87 fue Lenga Lemu, en el salto de la princesa. Ahí éramos la seiscena azul, y el seiscenero era el Juano. Estábamos con el Pollo Ariztía, el Hernán Quezada, Ítalo Fuentes. Era campamento de grupo. En ese campamento guardé y traje a Santiago una bolsa con tierra de hoja, pero luego la perdí.
Luego del paso en marzo del ’87 quedamos sólo cuatro promesados: David, Sergio Hebenesten, Claudio Adonis, y yo.
El campamento de invierno del ’87 me lo perdí por estar enfermo, fueron a Colina. Yo era seiscenero de la seiscena blanca (creo), pero no pude ‘ejercer’.
Verano del ’88 fue en Chillán, lo llamamos coloquialmente ‘Chulengalemu’, pues había en el sitio unas plantas que denominamos ‘Chulengas’. En esa ocasión me mandaron a buscar algo a la entrada, y sin querer dejé salir a un chancho. Casi me muero de miedo, era un poco de noche, y ese chancho estuvo molestando todo el resto del campamento. Esa vez también hicimos la competencia de catamaranes. Eramos la seiscena amarilla.
Ese mismo verano me encontré con varios Viejos Lobos (i.e. jefes) en El Quisco, donde veraneábamos con la familia.
El paso del ’88 fue en el Cajón del Maipo, en El Colorado. Para primavera del ’88 fuimos a La Reina Alta, y estuve en la seiscena celeste con el Pablo Pincetti, si mal no recuerdo. Nos fue pésimo. Ya estaba un poco grande para ser lobato, y para el descubrimiento de América fuimos en salida de Rama a La Dehesa. Ahí pasé a los Tigres, y recibí una especie de Lobo Cazador ‘honoris causa’.
Algunos conceptos: las dos leyes, cinco máximas, consejo de la roca, la flor roja, Ruyard Kipling y El Libro de las Tierras Vírgenes, los manuales amarillo, verde y rojo para las especialidades (Saltador, Diestro, Cazador). Nunca me tocó ser Shere Khan o Tabaqui, quienes desordenaban lo desordenado.
