[Este post es parte de una serie sobre epistemología]
En el post anterior terminamos de examinar las posturas de Descartes y de Locke. Ambas posturas, recordemos, siguen los criterios que estableció Platón: para saber algo, sería necesario cumplir con estas tres condiciones:
a) Se cree en ese algo.
b) Ese algo es verdad.
c) Uno está justificado en creer ese algo.
No nos gustó mucho la propuesta de Descartes, por ser muy restrictiva; pero establecimos también que la propuesta de Locke es muy permisiva. Todo esto, comentamos, ya se discutía en el siglo XVI. Por supuesto el tema se siguió discutiendo en los siglos venideros, y fueron saliendo más propuestas, que iban de alguna manera refinando las definiciones dentro del marco establecido por Platón.
Hasta que en 1963 (¡cuatro siglos después!) alguien desafió abiertamente el marco propuesto por Platón en un corto artículo, y mostró que este marco estaba equivocado. Esta persona fue Edmund Gettier, y lo que él muestra en su artículo son algunos casos en los que se cumplen las tres condiciones a), b) y c), pero en los que, sin embargo, no se puede decir que haya conocimiento. Veamos un ejemplo similar a los propuestos por Gettier:
Estoy en una ceremonia, y le pregunto a un amigo al lado mío cómo reconocer a su papá, a quien yo nunca he visto. Mi amigo me dice que su papá es el único en la ceremonia que tiene bigote. Miro alrededor, y la única persona que tiene bigote está vestida de negro. Entonces, yo deduzco que “el papá de mi amigo está vestido de negro”. Sucede, sin embargo, que el papá de mi amigo en realidad justo ha ido al baño cuando he mirado. La persona que yo veo con bigote acaba de llegar y no es el papá de mi amigo. A su vez, el papá de mi amigo, efectivamente, está vestido de negro.
Vemos que:
a) Yo creo que “el papá de mi amigo está vestido de negro”.
b) Es verdad que “el papá de mi amigo está vestido de negro”.
c) Estoy justificado en creer que “el papá de mi amigo está vestido de negro”, porque lo he inferido del testimonio verdadero que me ha dado mi amigo.Con esto, según los criterios de Platón, uno puede decir que yo sé que “el papá de amigo está vestido de negro”. Pero, ¿podemos decir que realmente lo sé?
Ejemplos semejantes a este revolucionaron a los filósofos, y desde entonces están tratando de identificar qué hay que corregir en la definición de conocimiento para que ejemplos como el nombrado no califiquen como conocimiento. En el siguiente post veremos algunas propuestas al respecto.