Cuando discutíamos el funcionalismo, vimos una manera de explicar la conciencia de uno mismo, y comentamos a la pasada que la fenomenología no aceptaría una explicación basada en estados mentales y la capacidad de tomarlos como objeto de atención.
Lo bueno, es que tomé un libro de fenomenología y dice exactamente lo mismo (tengo corroboración, eeeehh!). Lo que propone la fenomenología es que toda experiencia consciente implica un substrato de auto conciencia pre-reflectiva. Es una forma un poco rimbombante de decir que cada experiencia que tenemos es posible de ser caracterizada como propia. O sea, que el sujeto que está experimentando es uno mismo.
Esto que suena como obvio, bueno, en realidad no lo es tanto. ¿Recuerdan cómo a Neo podían ‘cargarle’ programas de artes marciales? En ese proceso, Neo no pasaba por la experiencia del aprendizaje, simplemente se le transferían las habilidades en cuestión. El enfoque fenomenológico negaría esta posibilidad, por cuanto implica que la experiencia es un objeto separable del sujeto. Para otro ejemplo, de disociación de experiencia y sujeto, vean la serie Dollhouse, la están dando en el canal Fox.
¿Qué caracteriza a esta auto conciencia pre-reflectiva? Sería una condición necesaria (pero no suficiente) para la experiencia, intrínseca, involuntaria, tácita, no observacional (no es reflexión), y no objetivizante.
Luego, cada vez que tenemos una experiencia (percibir algo, recordar algo, imaginar algo), aparte del objeto de la experiencia (el algo), cada una de ellas tiene en común que son algo para mí (el sujeto de la experiencia). Esto es lo que convierte a la experiencia en subjetiva: el hecho que cada sujeto es único.
Aquí podríamos comenzar un debate epistemológico (¿cómo es posible entonces conocer la realidad, si toda experiencia es subjetiva? ¿existen hechos objetivos?), pero eso lo dejaré para más adelante, en una serie acerca del conocimiento.
La conciencia pre-reflectiva es lo que nos permite, por ejemplo, sentir que las experiencias que tenemos son nuestras, aun cuando en su momento no les estábamos prestando atención. Como cuando vamos manejando, pasamos un cruce, y luego nos preguntamos “chuta! ¿la luz estaba verde o roja?”. Este es un ejemplo en el que, aun cuando no estamos prestando atención a la experiencia de manejar, no podemos decir ni que a) estábamos inconscientes, ni que b) no estábamos en control de nuestras acciones.
En este post hablamos acerca de las características pre-reflectivas de la conciencia. En el siguiente post hablaremos de la capacidad de reflexionar acerca de nuestras experiencias.